El mercado inmobiliario atraviesa un momento muy particular. La demanda de pisos es altísima y la oferta cada vez más escasa, como ya te habrás dado cuenta.
Este desequilibrio está provocando que los alquileres alcancen cifras récord y que, para muchos propietarios, alquilar una vivienda se convierta en una oportunidad sin precedentes.
En este escenario, la gran pregunta es:
¿Merece la pena comprar una segunda vivienda para ponerla en alquiler?
La respuesta depende de cada caso, así que vamos a desarrollarla a lo largo de este artículo.
¿Es rentable comprar una segunda vivienda para alquilar?
Aunque la respuesta siempre será un gran depende, porque hay que contemplar siempre todos los aspectos, la realidad es que comprar una segunda vivienda para alquilar es una decisión muy rentable en 2025.
Los alquileres están subiendo de forma continuada, y esto significa que los propietarios obtienen ingresos cada vez más altos por el mismo inmueble. Además, en zonas con tanta demanda como Torrent, encontrar inquilinos no suele ser complicado, lo que garantiza una ocupación constante.
Eso sí, no basta con dejarse llevar por la situación actual. Antes de dar el paso conviene analizar factores como el precio de compra, los gastos de mantenimiento o la estabilidad de la zona. El objetivo es asegurarse de que la inversión se sostiene a largo plazo y no solo en un momento puntual del mercado.
Factores clave para evaluar la rentabilidad:
Ubicación
Comprar una segunda vivienda para alquilar puede ser más o menos rentable según la ciudad, el barrio e incluso la calle.
Lugares con alta demanda de alquiler como Torrent, por su cercanía a Valencia y buena conexión de servicios, suelen ser una apuesta más segura.
Además, no basta con que sea una zona “atractiva”, hay que mirar datos reales:
- Precios medios de alquiler.
- Tiempo que tardan en alquilarse los pisos.
- Perfiles de inquilinos.
- Una vivienda bien situada, cerca de colegios, transporte y servicios, siempre será más atractiva.
Tipo de alquiler
Hay tres opciones principales: alquiler de larga duración, alquiler temporal o alquiler vacacional.
El alquiler de larga duración es el más estable y predecible. El temporal, en cambio, suele pactarse por un periodo inferior al año (por ejemplo, nueve meses para cursar un máster o para un trabajo concreto en la ciudad). Y el vacacional puede ofrecer ingresos más altos, pero también implica más gestión, mayor rotación de inquilinos y posibles periodos en los que la vivienda esté vacía.
Además, en el caso del alquiler vacacional es obligatorio contar con la licencia de vivienda turística correspondiente y, en muchos casos, con la aprobación de la comunidad de vecinos. Por eso conviene revisar los estatutos de la finca y la normativa de tu comunidad autónoma.
Y si estás pensando en comprar piso para alquilar en Torrent, lo más habitual y recomendable sigue siendo el alquiler tradicional, ya que el perfil de la zona es sobre todo residencial y familiar.
Gastos fijos y variables
Cuando se pone una vivienda en alquiler, no todo es ingresar una renta mensual. También hay una serie de gastos fijos y variables que hay que tener muy en cuenta desde el principio. Ignorarlos puede llevar a una falsa sensación de rentabilidad y, con el tiempo, a sorpresas desagradables.
Por ejemplo, tenemos el IBI, los gastos de comunidad, si la vivienda está en un edificio con zonas comunes; y los seguros (de hogar y, si se quiere mayor tranquilidad, de impago).
Si además decides dejar la gestión del alquiler en manos de una inmobiliaria, eso también supondrá un coste mensual o anual. Todos estos importes deben tenerse en cuenta desde el inicio para calcular bien la rentabilidad.
Aparte, están los gastos variables, que son menos predecibles pero igual de importantes: reparaciones, averías o filtraciones, por ejemplo. La parte positiva es que todos estos gastos son deducibles en la declaración de la renta, lo que ayuda a equilibrar la balanza a final de año.
Apreciación del inmueble
Cuando compras una vivienda, no solo estás adquiriendo un espacio para alquilar: también estás invirtiendo en un activo que, con el tiempo, puede aumentar su valor.
Esto se conoce como apreciación o revalorización del inmueble.
Hoy en día el precio de la vivienda se encuentra en niveles muy altos, incluso por encima de los máximos previos a la crisis de 2007. Eso significa que la revalorización futura puede no ser tan evidente como en otras épocas. Aun así, si la zona sigue creciendo y mantiene demanda, es posible que dentro de unos años tu piso conserve o incluso aumente su valor, especialmente si lo mantienes en buen estado y bien ubicado.
Además del alquiler, está la posibilidad de que el piso se revalorice con el tiempo. En un mercado con tanta demanda y poca oferta, como el actual, es muy probable que el valor de una vivienda bien situada crezca en los próximos años. Esto añade un plus de rentabilidad si algún día decides vender.
Eso sí, conviene ser prudente: los precios están en niveles muy altos y siempre existe el riesgo de que el mercado se enfríe o corrija. En cualquier caso, si gestionas bien la inversión, puedes añadir un plus de rentabilidad el día que decidas vender.
Demanda de alquiler en la zona
La realidad es que hay muchos más inquilinos buscando vivienda que pisos disponibles para alquilar.
Esto provoca que los inmuebles en buenas condiciones y bien ubicados se alquilen en cuestión de días. Para el propietario, esta realidad supone una ventaja enorme: puedes seleccionar con calma al perfil de inquilino que más le convenga y fijar precios que estén en la parte alta del mercado, sin miedo a que el piso quede vacío demasiado tiempo.
En zonas como Torrent, por su cercanía a Valencia, su buena comunicación y el atractivo residencial, los propietarios tienen prácticamente garantizada la ocupación de su piso. Esto convierte la vivienda en un activo sólido que genera ingresos de forma continuada, incluso en momentos de incertidumbre económica.
Ventajas y desventajas de alquilar una segunda vivienda:
Ventajas de alquilar una segunda vivienda:
Ingresos pasivos:
El mayor atractivo de poner una vivienda en alquiler es la posibilidad de generar ingresos pasivos. Cada mes entra una renta fija que, bien gestionada, puede convertirse en un complemento muy sólido para la economía familiar.
Además, este flujo de ingresos no solo sirve para mejorar la liquidez mensual, también puede destinarse a cubrir otros gastos, pagar parte de una hipoteca o incluso servir como ahorro para futuros proyectos.
De esta forma, la vivienda no solo es un lugar físico, sino también una herramienta financiera que trabaja a tu favor.
Activo para el patrimonio:
Tener una vivienda en propiedad significa contar con un activo tangible que forma parte del patrimonio familiar. No es lo mismo tener el dinero parado en una cuenta que invertirlo en un bien que, además de generar ingresos, puede revalorizarse con el tiempo. Esto aporta estabilidad y seguridad, ya que la vivienda es un bien duradero y, en muchos casos, cada vez más demandado.
Por otro lado, disponer de una segunda vivienda ofrece flexibilidad: se puede alquilar hoy, vender mañana o incluso destinar a uso propio en el futuro.
Es un activo versátil que, a diferencia de otras inversiones, no pierde utilidad aunque las condiciones del mercado cambien.
Diversificación de inversiones:
Invertir en vivienda también permite diversificar las inversiones. En lugar de concentrar todo el capital en productos financieros, contar con un inmueble reduce riesgos porque se trata de un activo real. Mientras las bolsas fluctúan o los bancos ofrecen bajos intereses, la vivienda mantiene un valor intrínseco que difícilmente desaparece.
Esta diversificación también ayuda a equilibrar la economía familiar: por un lado, el alquiler aporta ingresos constantes; por otro, la propiedad actúa como un “colchón” a medio y largo plazo. De esta forma, se combina seguridad con rentabilidad.
Control de la propiedad:
Al contrario que en otras inversiones, cuando compras una vivienda para alquilar eres tú quien decide. Tú eliges al inquilino, al tipo de contrato al que te quieras acoger, el precio y hasta las mejoras que quieras hacer. Ese control sobre la propiedad te permite adaptarte tanto a tus necesidades personales como a las circunstancias del mercado.
Eso sí, conviene recordar que hablamos del mercado actual, y que las condiciones pueden fluctuar con el tiempo.
Desventajas de alquilar una segunda vivienda:
Inversión alta
El gran obstáculo es el desembolso inicial que supone comprar una vivienda. No solo hablamos del precio de compra, sino también de impuestos, notaría, registro y, en muchos casos, reformas necesarias para ponerla a punto. Es una inversión elevada que requiere planificación financiera y, en la mayoría de los casos, recurrir a financiación bancaria.
Esto significa que no todo el mundo está en condiciones de lanzarse a esta inversión. Antes de dar el paso es fundamental analizar si se cuenta con el ahorro suficiente y la estabilidad económica necesaria para sostenerla en el tiempo.
Gastos de mantenimiento
Toda vivienda necesita cuidados: una caldera que se estropea, una pintura que hay que renovar o un electrodoméstico que deja de funcionar. Estos gastos de mantenimiento forman parte inevitable de la gestión de una propiedad en alquiler y, aunque a veces sean pequeños, a lo largo del año pueden suponer un importe considerable.
Asumir este mantenimiento es una responsabilidad. Un piso en mal estado pierde atractivo y puede hacer que los inquilinos no quieran quedarse mucho tiempo, lo que al final repercute en la rentabilidad.
Vacíos de alquiler
Aunque la demanda de pisos esté en máximos, siempre puede haber periodos en los que la vivienda no esté alquilada. Estos vacíos de alquiler significan que el propietario sigue pagando todos los gastos (IBI, comunidad, seguros…) sin percibir ingresos, lo que reduce la rentabilidad global de la inversión.
Es importante contar con un colchón económico que permita soportar estos periodos sin presión. Aunque ahora sean menos frecuentes por la alta demanda, forman parte del riesgo inherente de este tipo de inversión.
Gastos imprevistos
Por último, están los gastos imprevistos:
- Derramas en la comunidad.
- Una avería importante.
- Incluso problemas con inquilinos que no cumplen con el contrato.
Son situaciones poco agradables pero posibles, y conviene tenerlas en cuenta desde el principio.
Estos imprevistos no deberían ser un motivo para descartar la inversión, pero sí una alerta para planificar con realismo. Una segunda vivienda puede dar grandes satisfacciones económicas, siempre que el propietario esté preparado para gestionar tanto lo bueno como lo inesperado.
Aunque estos puntos sean considerados desventajas, es importante tener en cuenta que todos estos gastos se pueden desgravar en la declaración de la renta.
Esto significa que, a pesar de suponer un desembolso inicial, reducen tu base imponible y, en consecuencia, la cantidad final de impuestos a pagar.
Consideraciones importantes antes de comprar una segunda vivienda para alquilar
Investiga el mercado
Antes de lanzarte a comprar, lo primero es conocer a fondo el mercado inmobiliario de la zona. No basta con mirar un par de anuncios: hay que comparar precios de venta, analizar la media de alquileres y entender qué barrios tienen más demanda.
En sitios como Torrent, por ejemplo, hay zonas con un perfil más familiar y otras con mayor interés para jóvenes o trabajadores que buscan proximidad a Valencia.
Cuanto mejor conozcas la dinámica del mercado, más fácil será anticipar la rentabilidad real de la vivienda. Analizar cuántos días tardan los pisos en alquilarse, qué tipo de inquilinos buscan y qué características valoran más (terraza, garaje, aire acondicionado, etc.) puede marcar la diferencia entre una inversión rentable y un error costoso.
Asesoramiento profesional
Contar con agentes inmobiliarios a tu lado te ahorra tiempo y problemas. Una agencia con experiencia en la zona puede orientarte sobre qué pisos se alquilan más rápido, qué precios son realistas y qué aspectos legales o fiscales no puedes pasar por alto.
Planificación financiera
Comprar una segunda vivienda no es una operación cualquiera. Antes de decidirte, necesitas una planificación financiera clara: saber con qué ahorros cuentas, si vas a pedir hipoteca, qué cuota puedes asumir y qué margen tendrás para imprevistos. No olvides sumar impuestos, notaría, registro, entrada, hipoteca, posibles reformas, equipamiento inicial y los gastos iniciales de poner la vivienda en condiciones.
La idea es evitar comprometer tu economía personal por una inversión mal calculada. Cuando los números están bien hechos desde el principio, la compra deja de ser un riesgo y se convierte en un proyecto viable y seguro.
y, estos costes muchas veces se subestiman, pero son determinantes para que la inversión no descuadre tu economía personal.
Evalúa tu situación actual
No todas las personas están en el mismo punto vital ni económico. Antes de invertir, pregúntate si cuentas con la estabilidad laboral y personal suficiente para dar este paso. ¿Tienes ingresos constantes? ¿Cuentas con un fondo de ahorro que te dé seguridad? ¿Estás dispuesto a asumir el compromiso a medio y largo plazo que supone una hipoteca o un nuevo gasto fijo?
Evalúa detenidamente la vivienda
Evalúa el estado de conservación, la distribución, la orientación, si necesita reformas o si cuenta con servicios atractivos para los inquilinos (ascensor, garaje, balcón, aire acondicionado…).
Una vivienda en buen estado no solo se alquila más rápido, también atrae a inquilinos de mayor calidad y evita gastos de mantenimiento elevados desde el primer día. En cambio, un piso barato pero en mal estado puede acabar saliendo caro si requiere continuas reparaciones.
Preguntas frecuentes
¿Qué rentabilidad tiene que dar un piso alquilado?
No existe una cifra única que sirva para todos los casos, pero sí te podemos decir que una rentabilidad bruta del 5% al 7% anual se considera buena en el mercado español.
La rentabilidad de un piso alquilado depende de muchos factores como el precio de compra, la zona, la demanda de alquiler y los gastos asociados (impuestos, comunidad, mantenimiento, etc.)
Por eso siempre es recomendable analizar todos los ingresos y gastos que vamos a obtener.
¿Cuánto hay que pagar a Hacienda por una segunda vivienda?
Tener una segunda vivienda implica ciertas obligaciones fiscales. Por un lado, está el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles), que se paga una vez al año al ayuntamiento. Además, si la vivienda está alquilada, los ingresos se declaran en la renta como rendimientos del capital inmobiliario, pudiendo aplicar algunas deducciones por gastos relacionados con el alquiler.
En cualquier caso, es recomendable contar con asesoramiento fiscal para evitar errores y aprovechar todas las deducciones posibles.
¿Dónde es más rentable comprar una vivienda para ponerla en alquiler?
La rentabilidad varía mucho en función de la ubicación.
Zonas con gran demanda y precios de compra aún contenidos suelen ser las más interesantes para invertir. En la Comunitat Valenciana, por ejemplo, ciudades como Torrent destacan porque combinan cercanía a Valencia, buenos servicios y precios de compra más asequibles que en la capital.
Esto significa que el equilibrio entre coste de adquisición y renta mensual de alquiler es más favorable, lo que permite obtener una mayor rentabilidad. Además, la fuerte demanda asegura que el piso se alquile rápido, reduciendo el riesgo de tenerlo vacío durante meses.
¿Qué implica tener una segunda vivienda?
Más allá de la oportunidad de generar ingresos, tener una segunda vivienda implica también responsabilidades. El propietario debe encargarse de su mantenimiento, gestionar la relación con los inquilinos, pagar los impuestos correspondientes y responder ante cualquier problema que surja en el inmueble. Es una inversión que requiere tiempo, atención y cierta planificación.
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En GrupoGestorr conocemos de primera mano la realidad de este mercado. Te acompañamos en todo el proceso: desde elegir la zona más rentable hasta calcular con detalle los gastos y la rentabilidad esperada. Además, nos encargamos de la gestión del alquiler para que tú disfrutes de los beneficios sin complicaciones.
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